Sobre la corrupción.

Hoy ha muerto Rita Barberá. Yo no sentía la menor simpatía por esta persona. No la conocía de nada. Sabía que estaba acusada de corrupción, como todos los españoles. Y cuando se ha pedido un minuto de silencio por su muerte en el Congreso, algunas personas, espoleadas por su líder, han abandonado el parlamento para no secundar la muestra de dolor. La razón oficial es que era una corrupta. Y puede que sea verdad. Ya lo dirán los tribunales.
Pero todo lo ocurrido es tan español, tan genuinamente hispánico, que no me resisto a comentarlo.

En España la corrupción no comienza con los políticos.. La corrupción surge en España hace siglos y recorre nuestra historia y literatura como cualquier persona con una cultura mínima conoce. De hecho, el género picaresco y su máximo representante, Lázaro de Torrmes es tan español como cualquiera de nosotros. Y se publicó allá por 1554. Los españoles somos corruptos y cínicos desde entonces, por lo menos.

Hace poco hablaba cordialmente con una persona que votaba a Podemos y me decía que estaba muy orgulloso de hacerlo. Se trata de un afamado profesor de música en una academia también muy famosa. Le llegan alumnos de otros continentes para recibir sus clases. Cuando le pregunté por qué votaba a Podemos, me contestó que estaba harto de los políticos y su corrupción. Entonces, yo le pregunté si él cotizaba a Hacienda todos sus ingresos. No se lo dije con acritud, sino cordialmente, con una sonrisa. Me reconoció que no, «pero es que eso es distinto». Yo entonces le dije que la corrupción era coger agua de un río que no es nuestro y que la diferencia entre nosotros y un político es, simplemente, que el político tiene a su cargo el Amazonas, el Ebro, el Turia o el Manzanares y cada uno de nosotros un grifo en nuestro trabajo.

¿Quién no conoce a un chapucero que no hace facturas? ¿Quién no le ha contratado en alguna ocasión sin pagarle el IVA para que todo nos salga más barato? ¿Quién no ha dado o recibido clases particulares sin cotizar? ¿Quién no da dinero a un familiar sin dar parte del mismo (como es obligatorio) a Hacienda? ¿Quién no conoce a personas que han cobrado una paga del Estado mientras trabajaban? ¿Es que en España los bares, los pescaderos o los panaderos declaran religiosamente cuánto ganan? ¿Por qué España concentra más del 50% de los billetes de 500 euros de la UE? ¿Quién no conoce gente que se lleva hasta las toallas de los hoteles? ¿Quién no conoce a personas que trabajan para el Estado y han empleado su trabajo para llevarse a casa materiales diversos? ¿Quién no conoce profesores que ponen aprobados a alumnos sabiendo que deberían suspenderlos corrompiendo así el sistema educativo y el futuro de la nación? ¿Quién no conoce médicos que van a congresos pagados por las farmacéuticas o personas que se llevan materiales de los hospitales?

Y el día que estas personas se mueren, ¿acaso no vamos a su funeral?

España, tristemente, nunca ha dejado de ser corrupta y lo que no ha cambiado en 500 años, no lo va a cambiar nadie en dos días. Porque eso, como tantas cosas, no pueden cambiar. No pueden cambiarlas. Aunque se llamen Podemos. No seamos ingenuos.

Y no seamos tampoco cínicos, como los clérigos del Lazarillo. No seamos sepulcros blanqueados. Un señor de Zaragoza (que, al parecer, es discapacitado) no declaraba lo que pagaba a su cuidador. Otro señor recibía un piso por medio de un enchufe de una cooperativa y pegaba un pelotazo y se ganaba más de 20.000 euros. Otro cobraba una beca y no aparecía por su puesto de trabajo y su profesor le cubría las espaldas. Otro recibió 400.000 por un estudio que no declaró tampoco a Hacienda. Pero es que eso era distinto…

Antes de mirar la paja en el ojo ajeno, mira la viga en el tuyo.
Y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.